En cinta.
—Ya sabes lo que puedo tardar —dijo Jimin, cuando llegaron al río luego de una caminata tomados de la mano.
A Jungkook no le hacía mucha gracia que Jimin fuera solo hasta la manada. Odiaba su condición y no poder cruzar la corriente de agua. Se sentía un alfa inútil si no podía proteger a su omega donde fuera. ¿Y si no lo dejaban regresar? ¿Si era una trampa de ese lobo pulgoso?
Sin embargo, muy a pesar de lo que opinaba, bien sabía que Jimin iría con o sin su consentimiento. Había estado serio toda la mañana.
—Ve con cuidado, y si hay problemas ya sabes que hacer, yo me las arreglo —dijo Jungkook.
—Estaré bien... no necesito que vengas.
—Es que quiero cuidar de ti, así que vete si las cosas van mal. Confío en que puedes cuidarte, pero todo tiene un límite —tomó sus mejillas, haciendo que lo mirara—. Ve con cuidado, estaré esperando.
Jimin observó los ojos de su alfa. Podía sentir a la perfección su preocupación, y no importaba cuantas veces le dijera que sabía protegerse solo, él no iba a creerle, por lo que tenía que demostrarle que sus palabras eran totalmente ciertas.
Se alejó de Jungkook bajo su atenta mirada, pensativo, pero estaba decidido. Luego tendría tiempo de arrepentirse si algo salía mal.
Jimin alzó su mano y en su palma comenzó a formarse una esfera de luz que se hizo cada vez más grande. Jungkook no podía creer lo que estaba viendo, era tan brillante e irreal... pero había visto tantas cosas en su vida, que a pesar de ser algo raro, seguía consciente en que no era un sueño.
El peliblanco arrojó el orbe de luz contra un árbol, quebrando a la mitad el tronco, para luego caer duramente contra el suelo.
—E-Eso... ¿Pero que...? —estaba boquiabierto, no sabía qué decir exactamente.
—Solo mis padres lo saben... y ahora tú —tomó el rostro de su alfa con delicadeza—. Hablo de verdad cuando digo que estaré bien.
—Ahora estoy más seguro de que así será —le dio un beso—. Pero cuando volvamos quiero saber más sobre esto —obviamente necesitaba más respuestas.
Jimin dejó ver su sonrisa y le dio otro beso antes de irse corriendo, moviendo de un lado a otro su blanca cola esponjosa. Jungkook lo siguió con la mirada hasta que finalmente lo perdió de vista. Observó el árbol tirado, viendo como la corteza estaba casi quemada por donde se había quebrado. Eso explicaba muchas cosas de algún modo.
✧✦✧
Tanto alfas como omegas de la manada se acercaban a ver como estaba a medida que se adentraba más entre las casitas de madera. Y no quería ser mal educado, pero ignoró a todos y cada uno. No tenía nada que hablar con ellos, iba decidido únicamente a obtener respuestas. Si todas las palabras que salieron de la boca de Yoongi la noche anterior eran mentira, la iba a pagar caro.
Dongwan salió de su casa en cuanto escuchó el escándalo, sonriendo de alivio al ver que su hijo favorito estaba sano y salvo. Lo abrazó dejando un beso en su cabello, pero Jimin no le correspondió.
—¿Dónde estabas? Estuvimos muy preocupados por ti —preguntó Dongwan, pero se detuvo al sentir un olor diferente en su pequeño—. Que... ¿qué es ese olor a alfa? —se apartó del abrazo, mirándolo por completo y algo extrañado.
Hye también salió a ver. Su ceño se frunció levemente al ver que algo iba mal: —¿Qué está sucediendo?
—Llegó con olor a alfa. ¿Alguien te tuvo cautivo?
Jimin largó un suspiro y corrió un poco su camisa, dejando ver la marca. Dongwan frunció el ceño al saber que se había dejado marcar por otro alfa que no fuera el que le había asignado, mientras que Hye tapó su boca con una mano, sorprendida. No se esperaban eso.
—Estuve bien todo este tiempo. He estado viviendo con mi alfa, ya tengo uno —explicó Jimin.
—¿Qué? —dijo Dongwan, aun entre sorprendido y enojado. Observó a los chusmas que andaban queriendo escuchar. Necesitaba privacidad.
Incentivó a Jimin a caminar a la cabaña y este no se negó, siendo seguidos por Hye. Taehyung y Yoongi, quienes habían visto de lejos la llegada del peliblanco, se apuraron a acercarse a una de las ventanas traseras de la cabaña. Taehyung tenía curiosidad sobre qué le dirían cuando se enterara de que su hermanito ya era de un alfa, mientras que Yoongi quería saber más sobre eso de que era adoptado.
—¿Te dejaste marcar por alguien que no es de la manada? ¿De dónde es ese lobo? —preguntó Dongwan, sin siquiera esperar a que se acomodaran o algo.
—No importa de donde es —dijo Jimin.
—Pero... ¡Yo ya había elegido a Yoongi para ti!
—¡No me gusta, nunca me gustó ni nunca me iba a gustar! ¡Tú no tenías que decidir nada!
—Si importa, Jimin, debemos saber quién es ese lobo —dijo Hye, su madre.
—¿Algo le sucedió al alfa cuando te marcó? —dijo Dongwan, más serio que nunca.
—¿Qué va a sucederle? Pues nada —dijo Jimin, pero entonces se quedó pensando. No... no podía ser cierto. Largó una carcajada, tirando su cabello hacia atrás y caminando de un lado a otro por la sala al darse cuenta de sus intenciones—. Ya entendí... creíste que el alfa que me marcara compartiría lo que yo puedo hacer.
Dongwan se tomó el entrecejo, sin decir nada. No iba a mentirle, pero tampoco iba a darle la atención.
—¿Sabe sobre eso? —preguntó Hye.
—Le mostré antes de venir...
El alfa de la manada se quedó un instante pensando, mirando seriamente a Jimin. Su intención era intimidarlo, pero lejos estaba de eso. La mirada del peliblanco era muy fuerte y segura. Era un omega difícil de doblegar, por no decir imposible.
—¿Cruzaste... el río? —dijo Dongwan, recordando que no había manadas lo suficientemente cerca. Jimin se quedó un momento, no esperaba que le preguntara eso. Aun así negó—. ¿Y por donde te fuiste entonces? ¿Estuviste en otra manada?
—No voy a decirte.
—Más te vale no haberlo hecho, no debemos mezclarnos con gatos —dijo Hye.
—Yo quería venir para que supieran que estoy bien, no para que me interrogaran sobre mi vida. Solo les importa tenerme aquí por mis poderes, ¡querías que Yoongi los tuviera! —le gritó a su padre—. Que casualidad es el jefe de los alfas guerreros de esta manada.
Taehyung abrió sus ojos sorprendido en cuanto dijo lo de los poderes. ¿A qué se refería exactamente? Él no sabía nada de eso.
—No, solo quería un buen alfa para ti —dijo Dongwan.
—A mí no me engañas. A Taehyung lo desprecias solo por dizque estéril cuando es tu verdadero hijo y yo no soy nada. Solo finges quererme por lo que puedo hacer —se arriesgó a lo que Yoongi le había dicho.
—¿De dónde sacas eso? —preguntó Hye, sin siquiera vacilar.
—¡Esas son difamaciones! —exclamó Dongwan.
—¡No! ¡Yo sé de lo que hablo! No tienen por qué seguir ocultándolo, ya sé que no soy su hijo. Quiero saber los detalles.
—Eres nuestro hijo, no sabemos de dónde sacas eso —dijo Hye.
—¡Ya no van a controlarme! Quiero saber quiénes son mis verdaderos padres.
—No sé de qué hablas —dijo Dongwan.
—¿No saben? —observó a su madre, a ver si se quebraba y decía algo al notar que su padre estaba decidido a no decir nada.
—No digas cosas sin sentido. hijo. Te amamos más que a nadie, eres nuestro preciado hijo, nuestro orgullo, ¿no es así? —dijo ella, observando a su marido.
—Lo eres —afirmó él.
—¿Y Taehyung? —preguntó Jimin.
—Es un buen hijo, pero no sirve. El único propósito de un omega es dar cachorros y él no puede hacerlo. Salió fallado.
—No puedo creer lo que estoy oyendo... —se carcajeó, negándose a creer que en verdad estaban diciendo eso.
—Es la verdad, hijo, Taehyung es inútil. No puede dar cachorros, no sirve como omega. Suena mal, pero es la verdad. Un omega vino a este mundo para dar cachorros y servir a su alfa —dijo Hye.
—¡No! —exclamó Jimin, explotando ante sus palabras—. ¡Nosotros no servimos solo para eso! ¡Están equivocados!
—No estoy equivocada. Es una lástima que haya salido mal, pero tú no, por eso buscamos lo mejor para ti.
Taehyung apretó los labios, con sus ojos llenos de lágrimas mezcla de la rabia y tristeza que sentía en ese mismo momento. Yoongi lo observó un momento, sintiendo lo mismo que él. Quiso acompañarlo cuando salió corriendo, ya sin ganas de seguir escuchando, pero quería saber más, por lo que se quedó.
—¡Taehyung no tiene nada malo! ¡Él está sano!
—¡No lo está! ¡No puede dar cachorros! —exclamó Dongwan, harto de las ideas estúpidas de su hijo.
—Pero... —quiso decir algo más, pero no pudo.
Jimin se apoyó en la mesa, sintiéndose repentinamente mal. Unas intensas nauseas lo invadieron, dándole asco lo que había comido en el desayuno. Todo le daba vueltas y sentía que iba a lanzar todo ahí mismo.
Hye se preocupó al verlo descompensado de golpe, acercándose de inmediato: —Hijo... —lo tomó—. ¿Te sientes bien?
—No pasa nada, solo me mareé...
—Deberíamos llevarte con el curandero.
—¿Cómo que mareo? ¿Comiste algo hoy? —preguntó Dongwan, aprovechando a desviar el tema—. Llévalo con el curandero —a su mujer.
Hye asintió y Jimin no dijo más nada con la excusa de que se sentía mal. Era mejor dejar el tema hasta donde estaba.
—Vamos, hijo, seguro se te pegó algo por andar en otras manadas desconocidas —lo tomó del brazo, por si quería apoyarse en ella.
Yoongi corrió de regreso a su hogar en cuanto escuchó que se iban y fue directo hacia Taehyung, no sin antes arrancar unas flores bonitas que vio en la casa de otro. No le importaba si le decían algo.
Al entrar a la cabaña, en seguida notó que Taehyung fingía ordenar la cama cuando no era necesario. Él estaba mal, lo podía sentir. Las palabras hirientes de sus padres se habían clavado en su corazón como dagas, y le estaban doliendo mucho.
Yoongi rodó los ojos porque estaba por caer en la ridiculez. Él no era un cursi, pero no quería ver mal a Taehyung. Debía mimarlo.
—Tae... —dijo Yoongi, siendo la primera vez que lo llamaba así.
Taehyung volteó a verlo, pero estaba demasiado triste con lo sucedido como para notar aquel detalle.
—¿Terminaste de escuchar?
Yoongi acortó la distancia entre ambos, quedando lo suficientemente cerca como para darle las flores que había prácticamente robado para él: —Eso no importa ahora.
El castaño le sonrió, aunque andaba algo achicopalado por lo que escuchó. Tomó las flores pensando en que había sido un lindo gesto de parte de Yoongi teniendo en cuenta que él no hacía esas cosas. Eso significaba que le importaba lo suficiente.
—Yo... —comenzó a hablar Yoongi, y bufó al notar lo difícil que se le estaba siendo ser demostrativo—. No soy bueno con estas cosas, pero no quiero que estés mal. Eres mi omega y quiero consentirte.
—No importa. Lo que dijeron mis padres lo he escuchado siempre... de todas formas es mi realidad.
—Podemos estar bien sin cachorros —lo tomó de la cintura, pegándose a él para sentir su fuerte olor a vainilla. Su omega seguía en celo—. Lo bueno es que puedo acabarte adentro como te gusta —se acercó a su cuello, dejando besos allí.
Desde que Taehyung estaba en celo no hacían más que aparearse como conejos. Obvio a ninguno de los dos le disgustaba la idea, incluso Yoongi le había acabado dentro en todas y cada una de las veces.
—Al menos eso es lo bueno...
—¿Y si nos divertimos un rato antes del almuerzo? —susurró, llevando sus manos al trasero de su omega, dándole un leve apretón. De solo olerlo se ponía duro y se le antojaba hacerlo suyo.
Taehyung jadeó con la sola idea de sentirlo de nuevo, dejándose llevar a la cama mientras pasaba sus brazos tras la nuca de su alfa, fundiéndose en un fogoso beso que lo hizo olvidarse por un segundo de lo poco que le importaba a sus padres.
✧✦✧
Luego de que el curandero de la manada revisara a Jimin, le hiciera mil preguntas y consultara con los dioses, pudo determinar que efectivamente el omega estaba preñado. Sentía una energía fuerte, blanca y pura viniendo de su vientre.
—¿Esperando cachorros? —sonrió Hye—. ¿Es en serio?
—No hay duda, está preñado. Tiene poco tiempo, pero lo está —dijo.
—¡No puedo creerlo! —chilló emocionada al saber que iba a ser abuela.
Jimin también largó un chillido de felicidad al saberlo. De pronto se sentía tan pleno de solo saber que tenía un bebito de Jungkook dentro suyo, creciendo poco a poco. Los problemas con sus padres parecían esfumarse con esa noticia. No veía la hora de volver y decirle a Jungkook que iban a tener un cachorro, que estaba equivocado.
—Y yo que creí que era estéril. Mi alfa es un tarado, un tarado lindo, y que coge riquísimo —dijo Jimin, mordiéndose el labio inferior de solo recordar a Jungkook entre sus piernas, pero recordó que estaba su madre al lado—. Digo... cocina rico. Sabe cazar —se hizo el tarado.
—Quiero conocer a ese alfa. Debes presentarlo a tu padre y a mí.
—Ah... algún día. Tengo que preguntarle cuando —mintió.
—Eso es todo, cuide bien de usted. Un omega sano es un cachorro sano —dijo el viejo.
Jimin asintió repetidas veces: — Lo haré —aplaudió, efusivo—. Que lindo, tendré un cachorro. Ya quiero saber si es macho, hembra, omega, alfa, lobo o... —se quedó un momento al notar que podía salir tigre, eso lo delataría—. O uno blanco como yo —disimuló.
—Gracias por su ayuda —le dijo Hye al curandero, y tomó a Jimin, saliendo de ahí—. Me alegra saber que seré abuela muy pronto. Tienes que venir pronto para no perderme nada, y el parto debe de ser aquí.
—No en cuento me digan la verdad —se detuvo en la puerta de la carpa del chamán, observándola—. Y este cachorro es mío. Yo decidiré donde y como se harán las cosas. No me van a controlar.
—Pero hijo, no hay ninguna verdad, nosotros somos tus padres. Es toda una farsa que para empezar no sé de dónde la sacaste.
—No me importa. No verás a mi cachorro hasta que lo aceptes.
—No seas así, estás siendo demasiado duro con nosotros.
—Se lo merecen, por tratarme de forma interesada y por discriminar a Taehyung. Por cierto... ¿dónde está? Quiero saludarlo antes de irme.
—Seguro está en casa de su alfa... —se cruzó de brazos. Ya veía que Jimin no cambiaría de opinión.
—¿Por qué lo dejaste estar con Yoongi? ¿Él quiso?
—No fue decisión mía, si no de tu padre.
—¿O sea que Taehyung no quería? ¿Lo obligaron? —frunció el ceño, pensando seriamente en matar a Yoongi.
—Yo no sé... tu padre se lo entregó, pero no he visto nada triste a Taehyung. Sin embargo, no he hablado con él. Si quieres verlo seguro está en la casa de su alfa, ya te dije.
—Eres una madre horrible con él.
Y sin más caminó a paso rápido donde sabía que vivía ese idiota, dejando allí sola a su madre. No entendía que le pasaba, pero si algo sabía es que no sería así de estúpido con su cachorro. Lo apoyaría en lo que fuera y le daría todo el amor del mundo, sin discriminarlo por nada.
Ser estéril no era malo y alfas y omegas debían ser iguales. Si quería un cambio tenía que empezar por sí mismo.
✧✦✧
—¡Largo de mi casa! —gritó Yoongi con el ceño fruncido al oler a otra persona entrar a su casa, aunque no sabía quién era.
—¡Taehyung! —dijo Jimin, buscándolo.
—Es Jim —dijo Taehyung, levantándose de la cama con las sábanas enredadas en su cuerpo—. Ya vuelvo.
Yoongi bufó y solo se quedó recostado. Desde ahí podía escuchar lo que sea que fueran a hablar. Por otro lado, Jimin frunció el ceño cuando vio a Taehyung en esas fachas. Más con la marca que se notaba era algo reciente, quizá de hacía unos días.
—¿Q-Qué haces así? ¿Te obligó? —preguntó Jimin, preocupado.
Taehyung negó: —Yo quería que él fuera mi alfa... al menos es lo único bueno que he logrado —lo miró de arriba a abajo—. Debería de agradecer que te hayas ido, porque si no fuera por eso, ahora solo estaría viendo como estas con el alfa que me gusta —dijo algo molesto, lo que intimidó un poco a Jimin.
—No sabía que te gustaba Yoongi... nunca me lo dijiste.
—Nunca me preguntaste nada —se encogió de hombros.
—¿No confías en mí como para contarme cosas? —le dolía el hecho de que le estuviera hablando con ese tono, como si él tuviera la culpa.
—Si, pero... no tenía caso decirlo porque sabía que lo querían para ti.
—Pero yo no lo quería, me hubiese negado de todos modos —bufó al recordar la noche en la que se había escapado de la manada—. Taehyung, por Dios, ¿por qué no me dijiste nada? Mira... —bajó la voz, largando un suspiro—. Mira si lo mataba —susurró—. Yo no quería que me marcara, estaba dispuesto a todo y no me hubiera costado nada.
—Ya te dije que aunque lo hubiera dicho nada hubiera cambiado. Hasta hace unos días lo querían para ti, no importaba si yo lo quería o que.
—A veces siento que me odias...
Taehyung suavizó la mirada al notar que estaba siendo muy duro sin razón con su hermano menor. Jimin no tenía la culpa de sus desgracias, ni que sus padres fueran unos completos bastardos.
—No, claro que no. Si no te quisiera me hubiera dado igual que te hayas ido al territorio de tigres... si no te quisiera no te hubiera ido a buscar —aunque estaba consciente que en parte también lo había hecho por Yoongi.
—¿Fuiste? —observó mejor el cuerpo del castaño, notando las heridas de arañazos y mordidas que ya se estaban yendo.
—Me atacó un tigre... tu alfa.
Jimin estaba por preguntar como sabía sobre eso, pero luego recordó que Yoongi los había visto. Seguro le había contado.
—¿Estas bien? Voy a decirle algo cuando lo vea —lo tomó para que le prestara atención—. No vuelvas a cruzar y no le digas nada a papá que mi alfa es tigre. Se va a poner como loco.
—No les diré nada, no te preocupes, pero ten cuidado... ese tigre es raro. ¿No te sientes débil estando a su lado? —agarró con más fuerza la sábana que lo tapaba de quedar completamente desnudo.
—¿Raro cómo? —lo observó confundido, sin entender a dónde quería ir exactamente—. Me siento bien, normal.
—Es que cuando me encontré con él me sentí débil de inmediato. Ni siquiera me atacó tanto cuando ya estaba débil con su sola presencia. Su energía era pesada, eso fue eso lo que me debilitó.
—No entiendo... quizás te alimentaste mal y el susto te hizo sentirte débil.
—Si... quizá es eso... —pero no le convencía del todo—. Y bueno, ¿cómo te está yendo? —tomó asiento, cansado de estar de pie.
Jimin sonrió de oreja a oreja al recordar lo que el curandero le había dicho. Estaba dudoso de decirle a Taehyung, pues no quería ponerlo triste ni que sintiera que se lo refregaba en la cara, pero era su hermano y debía saberlo.
—Estoy preñado, vas a ser tío —dijo Jimin. Pudo notar como la cara de Taehyung se transformaba por completo—. Acabo de enterarme. Me sentí mal y me llevaron con el curandero.
—¿H-Hablas en serio...? —Jimin asintió, perdiendo un poco su sonrisa—. Felicidades —sonrió.
—No te lo digo para que te sientas mal, solo quería que lo supieras.
—No me siento mal... es sólo que me sorprendió, pero felicidades, me alegro por ti —en verdad se alegraba, mas no podía evitar sentir cierta envidia. Él también quería tener cachorros.
—También me sorprendió porque... Jungkook cree que es estéril y al parecer que no es así. Quizá también se han equivocado contigo y puedas tener cachorros.
—No... yo nunca podré ser padre.
—¿Quien dice eso? Que te acaben en cantidad y luego vemos que pasa —dijo largando una risita—. Así he hecho yo. Desde que estoy en celo no he parado, parecemos conejos.
—La has pasado bien estos días por lo que dices —sonrió sincero—. Yo también la paso bien, aunque Yoongi es frío y todo, pero así lo quiero.
—¿Al menos lo intenta? —sabía que Taehyung era sensible y amaba las cosas románticas.
—Hoy me regaló una flor, eso es un avance —se ruborizó. Le daba vergüenza hablar sobre esas cosas.
—Pues... yo aún no puedo creer que estés con él, pero si te hace feliz y no se pasa contigo voy a estar tranquilo. Sino cualquier cosa puedes cruzar el río y venir conmigo. Jungkook no te dirá nada... no luego de que le dé su merecido por lo que te hizo.
—¿Seguro que no? Me gustaría ir a verte, cuando tengas a tu cachorro también —lo abrazó, siendo correspondido de inmediato—. No le digas nada, no sabía que soy tu hermano.
—De igual modo se lo diré —se separó a verlo—. Con solo decirle que lo dejaré sin sexo se pondrá como loco. Y eso que aún no sabe que estoy esperando. El idiota cree que es estéril. Por eso te digo que quizá y no lo eres.
—¿En serio crees que puedo quedar? —dijo, con un mínimo de esperanza asomándose en sus ojos—. Ojalá así sea... con lo que me gustan los cachorros.
—Ojalá si, Tae, quiero que me hagas tío.
—Vamos a ver de este celo que resulta. Me ha acabado adentro todas las veces —se rió apenado.
—Que delicia, se siente tan bien eso —rió también. Taehyung asintió—. Bueno... me alegra que te sientas bien, y no le hagas caso a nada de lo que digan nuestros padres. Ellos no son justos... con ninguno de los dos. Ser estéril no te hace buena o mala persona. Tú eres genial y tienes un carácter dulce natural con los cachorros. Muchos omegas no tienen eso —tomó sus manos, en una señal de apoyo.
—Me haces sentir bien con lo que dices. A veces hasta siento que eres el mayor —sonrió.
—¿Tú crees? Quizás es porque me siento seguro por mis habilidades... aunque a veces me asusta porque no se manejarlos muy bien.
—No sabía sobre eso, me di cuenta hoy que los escuché hablando...
—Lamento que hayas tenido que escuchar todo eso —acarició su blanca piel con sus pulgares—. Puedo controlar la luz, pero nadie más lo sabe. Ellos siempre han querido que lo mantenga en secreto, incluso para ti.
—Que extraño... ¿Por qué puedes hacer eso? Yo... yo no puedo. ¿No te da curiosidad?
—Claro que sí. Yoongi me dijo que escuchó a nuestros padres hablar que sobre que no soy su hijo, como si fuera adoptado. Eso explicaría muchas cosas, sin embargo, no me han confirmado nada, pero sea lo que sea tú siempre serás mi hermano.
Taehyung volvió a abrazarlo, sintiéndose algo mal por tratarlo de aquel modo en cuanto llegó. Estaba molesto desde antes, pero le alegraba que todo terminara relativamente bien: —Te ayudaré a que te vayas. Ahora que estás aquí lo más probable es que papá mande a alguien para que te siga.
—No te preocupes, me las arreglaré de algún modo, además primero debo ir a buscar ropa a casa. Tú sigue pasándola bien con tu alfa.
—Ve con cuidado, iré a visitarte algún día.
—Ya veremos cómo hacemos para que vayas sin perderte. Me preocupa que te pueda encontrar un tigre que no sea Jungkook. No quiero que te pase nada, yo te amo mucho.
—Y yo a ti —sonrió—. Ya vete, seguro estás ansioso por decirle a tu alfa sobre lo del cachorro.
Jimin asintió, porque en verdad no podía más con su emoción. Lo saludó con un beso en la mejilla antes de irse, para dejar que siguiera en sus cochinadas.
Taehyung lo observó desaparecer rápidamente entre los árboles rumbo a lo que alguna vez fue su hogar y largó un suspiro, algo triste, molesto consigo mismo. Deseaba tanto tener un cachorro, ¿por qué no podía? ¿solo porque a un viejo se le había cruzado con la cabeza que era estéril? Solo esperaba que Jimin tuviera razón.
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